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Y me decidí a ir a hacer una sesión...

Actualizado: 16 ago



Y me decidí a hacer una sesión en el Método del Amor Incondicional. Y entré a descubrir qué era eso que decían apertura espiritual, sanación y equilibrado energético.


La verdad es que no era algo que me llamase la atención. Si había oído hablar de esos temas pero tenía la impresión de que no iban conmigo. Yo era más terrenal, quería encontrarme bien pero con métodos científicos, estando en el mundo y no en las esferas. No tenía intención de irme lejos a meditar, como había hecho algún conocido para conectar consigo mismo. Tampoco iba a recitar oraciones ni a dejar de lado las cosas que me gustaban del mundo real. Me costaba entender cómo alguien, por poner las manos en otra persona o usando un péndulo, gemas… ¡qué sé yo…!, pudiera limpiar negatividad y obstáculos en las personas. No creía en nada de eso…, pero me encontraba mal, triste, sin rumbo…, y no sabía qué hacer.


Entré en la sala, me senté y comenzó la sesión…


Aroma a incienso, música relajante…, era un ambiente agradable…


Tras los saludos, expliqué un poco cómo me encontraba. La conversación fue distendida, nada de lo que me había imaginado, llena de sobriedad y aburrida. Poco a poco me fui relajando.


Me explicaron que necesitaba una sesión de Sanación del Amor Incondicional. Me indicaron que debía tumbarme en la camilla y relajarme. El trabajo que se iba a realizar ahora era energético.


Cerré los ojos y comencé a escuchar una meditación…


Me encontraba bien, relajado… Según iba escuchando la meditación me di cuenta de lo mucho que tenía que ver con lo que me estaba pasando. Tenía los ojos cerrados…


Entré en la meditación y mi mente empezó a imaginarse lo que en ella se decía… “Siente cómo una luz llena de amor y perdón entra lentamente por tu coronilla, llenando de esta energía poco a poco tu cabeza, tu cuello, tus hombros, tu pecho… y llega a tu corazón…”. Sentía mucha tranquilidad, mucha paz.


Comencé a sentir calor en la zona del pecho y como cosquilleos por las piernas. Eran sensaciones raras pero agradables…


Entré en más y más relajación…, no sé si, incluso, me llegue a dormir porque de pronto escuche un susurro que me decía… ¡Ya está, puedes abrir los ojos e incorporarte lentamente…!. Estaba tan bien que casi me costó hacerlo.


Me levanté, extrañado y sorprendido de que me hubiese relajado tanto…


En la conversación siguiente, me indicó que energéticamente se había limpiado un bloqueo en el chakra del corazón. Era una energía de tristeza que llevaba conmigo un tiempo. Además tenía cerrado el cuerpo emocional y eso me impedía liberar y expresar otro tipo de emociones. Además en el chakra uno se había encontrado un trauma de la infancia relacionado con el tema que me generaba la tristeza. Todo ello se limpió en esa sesión.


Me indicó que la energía se iba a ir asentando y equilibrando…


Me sentía más feliz, algo en mi se había liberado, no sé cómo explicarlo… Me dijo que aún no estaba todo limpio, que necesitaba realizar otra sesión para eliminar todas las capas de esa energía.


Le pregunto las dudas que tengo sobre el tema y sobre lo que ha realizado y me explica lo que necesito saber.


Cuando llegamos al final de la sesión, me indica que tiene un mensaje para mi, que alguien, a nivel energético ha querido decirme algo. Me sorprendo y me inquieto. Tengo ese punto de susto y de curiosidad por lo que me quieren decir. El mensaje es el siguiente: “Todo se va a solucionar. Estoy contigo. La energía de la tristeza se asentó en tu vida pero de la misma manera se va a ir, Ten confianza en tu vida porque el camino está abierto para que encuentres tu felicidad”.


Me quedo perplejo, no entiendo muy bien el proceso de recepción del mensaje pero me transmite confianza, seguridad y luz.


Agradezco el mensaje, nos despedimos y salgo de la sala. Me voy más feliz, tranquilo y optimista, pensando que no se bien lo que ha pasado pero… volveré a la siguiente sesión…

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