¿Consideras que tienes control de tus emociones? ¿Eres capaz de sentirlas y comprender lo que te quieren decir?
Aprender a gestionar nuestras emociones es importante tanto para nosotros mismos como para las personas que nos rodean. Según podamos gestionarlas, así estaremos creando un entorno favorable o desfavorable a nuestro alrededor.
Por ejemplo, si nos enfadamos por algo podemos tener varios resultados dependiendo de nuestra reacción. Podemos sentir la comprensión de las personas que nos rodean o por el contrario que esas personas nos tengan miedo debido a nuestras reacciones de explosión.
Además cada vez que gestionamos nuestras emociones de forma errónea, vamos desgastando relaciones, empeorando situaciones y en definitiva, poniendo parte de nuestra vida en nuestra contra y dificultando nuestro transitar por ella.
A continuación muestro un cuento que expresa las consecuencias de una mala gestión emocional.
Cuento papel arrugado
Contaba un predicador que, cuando era niño, su carácter impulsivo lo hacía estallar en cólera a la menor provocación.
Luego de que sucedía, casi siempre se sentía avergonzado y batallaba por pedir excusas a quien había ofendido.
Un día su maestro, que lo vio dando justificaciones después de una explosión de ira a uno de sus compañeros de clase, lo llevó al salón, le entregó una hoja de papel lisa y le dijo:
—¡Arrúgalo! El muchacho, no sin cierta sorpresa, obedeció e hizo con el papel una bolita. —Ahora —volvió a decirle el maestro— déjalo como estaba antes.
Por supuesto que no pudo dejarlo como estaba. Por más que trataba, el papel siempre permanecía lleno de pliegues y de arrugas.
Entonces el maestro remató diciendo:
—El corazón de las personas es como ese papel. La huella que dejas con tu ofensa será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.
Así aprendió a ser más comprensivo y más paciente, recordando, cuando está a punto de estallar, el ejemplo del papel arrugado.
Desde Ecomvital, y a través del coaching, queremos sugerirte algunas técnicas de gestión emocional muy simples para que puedas poner en práctica en tu día a día:
1. Puedes intentar evitar situaciones que puedan generarte un enfrentamiento siempre que sea posible.
2. Cuando exista una persona o una situación que te esté generando tensión intenta cambiar el enfoque y céntrate en algo que sea más positivo para ti.
3. Céntrate en las cosas positivas que tienes en tu vida y presta atención a cómo vas a conseguir los retos futuros y positivos para ti.
4. Si te parece interesante puedes dedicar unos minutos a respirar, relajarte, meditar y calmar la mente, para parar los pensamientos que están generando esa emoción.
5. Cambia de actividad, sal a pasear, cambia de estancia....
6. Escribe las frases que llegan a tu mente y que te están sacando de tu centro
Existen muchas más técnicas y dependiendo del caso será mejor utilizar unas u otras pero espero que este post te haya servido para reflexionar sobre cómo gestionas tus emociones.
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